MÉXICO, D.F., 7 de enero (apro).- 2010 es un año mítico. Los análisis van de la objetividad a la ficción. Es, de todas maneras, un año cabalístico por el bicentenario.
Me pregunto si se consolidará, en el voto popular, la política conservadora y contra las mujeres.
Me pregunto si en las elecciones en 13 entidades del país, el tema de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres será un factor de debate y de premio o castigo a los partidos que han mutilado garantías; y si habrá algún entusiasmo para presentar candidaturas femeninas y feministas en las 10 gubernaturas que estarán en disputa, las 451 diputaciones locales y los mil 481 ayuntamientos.
Lo cierto es que el entusiasmo por el avance de las mujeres está de color gris. Y el entorno de miedo, acoso, pérdida de capacidad adquisitiva y de desempleo, pudieran disminuir las expectativas políticas para las mujeres, no para los partidos.
En 2010, no esperamos una revuelta, para nada, a pesar de las predicciones. Continuará la violencia y nos llenaremos de discursos vacíos, usando sin entender ni reconocer la historia, esa que nos heredó el liberalismo y la política social.
Lo interesante es que sí habrá debate, amplia difusión y respuesta a lo acontecido en torno al derecho a interrumpir un embarazo, colocado en la agenda legislativa federal y que podría influir en los resultados electorales.
Las elecciones de 2010, signadas por el poder y su distribución entre la clase política de características masculinas, aunque haya mujeres en el entorno, son, sin embargo, paradigmáticas. No por lo que consideran como asunto principal “analistas” de diversos niveles, con pantallas televisivas lamentables, me refiero al peso que dan para las elecciones como factor que calificará al gobierno bajo sospecha de Felipe Calderón. Por el contrario, estos procesos en prácticamente la mitad del país, mostrarán el poder priista y el espacio conservador en la sociedad.
Lo cierto es que terminamos 2009 con 18 entidades en retrocesos respecto de la interrupción legal del embarazo, la amenaza de cercenar este derecho en el Distrito Federal parece creciente, los responsables son directamente los diputados locales y gobernadores al estilo del veracruzano Fidel Herrera, perdidos, jugando a fondo con la derecha en su expectativa hacia 2012, fecha de cambio presidencial.
En 13 entidades del país se renovarán congresos y, por tanto, existe la oportunidad de castigar a los que han actuado en contra de las mujeres o “premiarlos” con la fuerza de la Iglesia católica, el control del PRI y el conservadurismo que, tal vez, no podemos aceptar como el resultado funesto de nuestras luchas libertarias que se celebran desde este 1 de enero.
En 6 de esas 13 entidades se elegirán gobernadores, algunos de los cuales consintieron el cambio constitucional como los de Veracruz, Oaxaca, Puebla, Durango, Sinaloa y Chihuahua, ahora sabremos si habrá premio o castigo. Si hay conciencia social sobre los derechos de las mujeres.
En Baja California, Yucatán y Chiapas habrá renovación de diputados y ayuntamientos exclusivamente. La señora gobernadora de Yucatán, Yvonne Ortega, el 16 de mayo se pondrá a prueba, con toda la maquinaria electoral del Partido Revolucionario Institucional (PRI). En pleno bicentenario, en el sitio donde se inauguró el feminismo organizado y potente en 1916.
Ahí, en Yucatán, se legisló en 1922 el aborto legal por razones económicas; en esa entidad se distribuyó por primera vez información detallada sobre la anticoncepción; donde fue electa la primera diputada local y se consideró el bastión del feminismo de la Revolución Mexicana; es el mismo Yucatán donde se ha prohibido el aborto en todas sus formas, y se amenaza y hostiga a las luchadoras por esas libertades.
También habrá oportunidad de hacer cuentas con los gobiernos de Oaxaca, golpeada tan duramente por las decisiones gubernamentales; Zacatecas, donde no hay cambio constitucional, pero en el que una mujer gobernadora y de izquierda –Amalia García-- se puso a prueba constantemente y tuvo que sacrificar temas feministas de cara al golpeteo de la familia del senador
Ricardo Monreal, otrora fundador de la idea de que las mujeres dejen los lugares a los hombres en las listas electorales.
La mayor parte de las jornadas electorales serán el 4 de julio, pero antes de que termine el primer mes del 2010 ya habrá convocatorias, precampañas intensas, promesas y programas de gobierno esquemáticos.
Chiapas y Tamaulipas celebran elecciones al final del año (octubre y noviembre), en el primero se podrían hacer cuentas sobre la violencia contra las mujeres, la forma tan grosera del cambio legal contra los derechos de las mujeres; y en Tamaulipas el feminicidio y la pérdida de los empleos son grandes asuntos para las mujeres.
La renovación de poderes en mil 481 ayuntamientos, más de la mitad del país, sería una oportunidad para las mujeres, el poder local es muy atractivo. Lo grave es que es ahí donde se anida el tema del atraso, donde no ha habido representación femenina más allá del 3%, donde las iglesias experimentan sus mejores artes de control y sus mejores oficios para obstaculizar el progreso, en los 570 ayuntamientos de Oaxaca o los más de 200 de Puebla, los muchísimos de Veracruz, adicionalmente, campea la pobreza y el abandono en todo sentido.
La posibilidad de avance parece pequeña. No obstante si las mujeres consiguieran movilizarse en todos estos espacios de oportunidad, no para candidaturas, sino con una estrategia de denuncia, de presión, de propaganda contra esos políticos que hay que señalar, si se hiciera una inmensa campaña de información, casa por casa, explicando al mal gobierno. Las mujeres en 2010 podríamos dar un buen susto a los dueños de la vida y dineros de México, para hacer honor a las celebraciones centenarias de la Independencia y la Revolución.
Veremos.
saralovera@yahoo.com.mx
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