áLVARO DELGADO
MEXICO, DF, 16 de noviembre (apro).- Si Felipe Calderón quiere encontrar una de las profusas razones para el repudio en forma de rechifla masiva que recibió la noche del miércoles 11, en la inauguración del estadio del equipo Santos --y que marca el fin de su aventura tan costosa para México--, sólo tiene que ordenar a uno de sus ujieres que le entregue copia del más reciente dato del desempleo en el país.
Sólo entonces Calderón podría enterarse que casi tres millones de mexicanos no tuvieron trabajo en los meses de julio, agosto y septiembre, un millón 15 mil 317 más que en el mismo periodo del año pasado, y que equivale a 6.2% de la Población Económicamente Activa (PEA).
Un dato para el contraste: En septiembre, la tasa de desocupación nacional alcanzó el 6.41% de la PEA, que fue el registro mensual más alto desde el colapso económico de 1995, cuando Calderón acusó a Ernesto Zedillo de haber dejado sin empleo a más de un millón 200 mil mexicanos.
Pero Calderón ha superado a Zedillo: Si el año pasado México acabó con 1 millón 900 mil personas en el desempleo absoluto, para septiembre de este año la cifra rondaba los tres millones, es decir, en 10 meses se agregaron más de un millón de personas al desempleo absoluto. Hubo, en promedio, una pérdida de 100 mil empleos por mes.
Estas cifras, reportados dos días después de la rechifla a Calderón por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el viernes 13, se suman a otras igualmente escalofriantes: La desaparición de 194 mil empresas o negocios en solo un año.
Es preciso aclarar que estos datos, correspondientes al tercer trimestre del año, no incluyen el despido, por decisión de Calderón, de 44 mil trabajadores de la empresa Luz y Fuerza del Centro, y obviamente tampoco registran ni una sola de las prometidas recontrataciones en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ofrecidas también por ese individuo y Javier Lozano, su golpeador.
De hecho, justo el estado donde Calderón recibió la rechifla, Coahuila, ocupa el segundo lugar en desempleo en el país, sólo detrás de Chihuahua, que, en contraste, se ubica en el primer lugar en asesinatos y es el emblema del fracaso de la "guerra" contra el crimen organizado.
Ante datos tan contundentes, cualquier gobernante con sensibilidad política tendría que pedir perdón y, con vergüenza por su ineptitud, presentar su renuncia para no seguir dañando a la nación.
Porque, justo a la mitad del gobierno del que se hizo a la mala, ¿qué tiene Calderón para ofrecer a los mexicanos? Salvo la represión, nada.
Gracias a él, a la coalición PRI-PAN, al Partido Verde y al Panal de Elba Esther Gordillo, los que mexicanos que trabajamos afrontamos, en 2010, una ecuación atroz: Ganaremos menos y pagaremos más.
Tal panorama es independiente a los arrebatos de Calderón contra el empresariado que lo impuso ilegalmente en el cargo, cuyos jerarcas le transmiten su desprecio por medio de sus voceros y lo dejan solo en sus inofensivas invectivas.
Vale la pena levantar un monumento al lugar común: Lo que mal comienza, mal acaba.
Y esto ya se acabó.
Apuntes
No extraña la postura de los jerarcas de la Iglesia católica en México, incluyendo el nuncio apostólico, Christopher Pierre: Si a Miguel Hidalgo lo excomulgaron por portar el estandarte de la Virgen de Guadalupe al iniciar la lucha de Independencia, con mayor razón queda proscrito para los trabajadores de una empresa que el gobierno decidió liquidar por razones casi divinas, a juzgar por la propaganda que ahora incluye llamadas a los domicilios particulares de los mexicanos. Por cierto, una pregunta para los jilgueros --que también se transforman en jauría-- de Calderón que suelen saturar las cuentas de correo electrónico con propaganda: ¿Qué ofrece este individuo para el 2010?...
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
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