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viernes, 20 de noviembre de 2009

México, en aumento desigualdad y probreza.

En el país los pobres representarán 38.8% de la población, o sea, más de 41 millones de personas


Los indigentes sumarán más de 15 millones, según los cálculos de Cepal


México se convirtió en el país latinoamericano con el mayor crecimiento de la pobreza, indigencia y desigualdad en la distribución del ingreso en 2009, año en que la crisis financiera interrumpió un sexenio de avances sociales en la región, aseguró este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).




La crisis financiera internacional elevó este año el número de pobres en Latinoamérica y el Caribe hasta 189 millones de personas, 9 millones más que al cierre de 2008. La mitad de esos nuevos pobres son mexicanos, de acuerdo con el organismo regional.



México mejoró los niveles de desigualdad y pobreza entre 2002 y 2006, “pero la verdad es que a partir de 2006 empiezan otra vez a deteriorarse las cosas”, aseguró ayer a La Jornada Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.



El organismo regional de Naciones Unidas hizo público este jueves el Panorama social de América Latina, en el que asegura que la actual crisis financiera y económica provocó ‘un cambio de tendencia” en la reducción de pobreza que venía mostrando la región.



“La crisis financiera que afecta al mundo provocará que 9 millones de personas caigan en la pobreza en la región”, indicó el informe.



Así, el número de pobres en Latinoamérica subirá de 180 millones en 2008 a 189 millones de personas en 2009, que representan 34.1 por ciento de la población total. Mientras, el universo de personas en indigencia aumentará de 71 a 76 millones, 13.7 por ciento de la población.



En una conversación telefónica con este diario desde su oficina en Santiago de Chile, Alicia Bárcena explicó que, para el caso de México, el número de pobres al final de 2008 se situó en 37 millones de personas, equivalentes a 34.8 por ciento de la población total. Al mismo periodo, los mexicanos indigentes sumaban 12 millones, 11.2 por ciento de la población.



A consecuencia de la crisis de este año, que ha convertido a México en el país con la mayor contracción económica de la región latinoamericana, el porcentaje de mexicanos en situación de pobreza crecerá a 38.8 por ciento de la población total, es decir, afectará a 41 millones 252 mil 873 personas, estimó ayer Alicia Bárcena. Esto representa un crecimiento en el año de 4 millones 252 mil 873 personas, prácticamente la mitad de los 9 millones de toda la región.



En cuanto a los mexicanos en indigencia, el porcentaje pasará de 11.2 por ciento de la población total en 2008 a 14.2 por ciento en 2009, esto es, de 11.9 a 15.1 millones de personas, de acuerdo con los cálculos expuestos por la secretaria ejecutiva de la Cepal.



Antes que la crisis que estalló el año pasado provocara un aumento de la pobreza en la región, México ya era el único país latinoamericano donde este indicador acusaba un deterioro, de acuerdo con el reporte.



Las nuevas cifras disponibles para 2008 reflejan una evolución positiva de la pobreza en la región respecto de 2007, indica el informe. En Brasil, Perú y Uruguay la incidencia se redujo en tres puntos porcentuales y en Costa Rica y Paraguay en dos puntos porcentuales, en tanto que en Panamá y Venezuela lo hizo en un punto. Ecuador y República Dominicana no mostraron variaciones significativas.



“El único país en el que se registró un empeoramiento en la situación de la pobreza fue México, cuyo incremento de 3.1 puntos porcentuales entre 2006 y 2008 refleja los primeros efectos de la crisis económica que se empezó a manifestar hacia fines del año”, dice el informe. Un punto de incremento en la pobreza, para el caso mexicano, equivale a alrededor de 1.1 millones de personas.



Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal. Imagen de archivoFoto Yazmín Ortega Cortés

Lo mismo ocurrió respecto de la distribución del ingreso. El informe publicado ayer indica que siete de 10 países de la región mostraron entre 2007 y 2008 una tendencia a la reducción de las disparidades entre los grupos extremos de la distribución del ingreso. México, añade, fue el único país que presentó una clara tendencia al deterioro distributivo, respecto de 2006.



Necesario, mejorar los sistemas de protección social



En conversación con este diario, Alicia Bárcena plantea que el incremento de la pobreza en la región este año ha sido de magnitud menor a la observada en crisis anteriores. En términos generales, añadió, en Latinoamérica no se dio en 2009 un colapso fiscal de los estados, ni hubo procesos inflacionarios o hiper inflacionarios, ni un colapso de los sistemas financieros.



Sin embargo, planteó la necesidad de mejorar los sistemas de protección social, incluso a partir de programas como Oportunidades –que ha sido imitado en otros países– o el de pensiones a adultos mayores, iniciado en la ciudad de México durante la gestión del ex jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador.



Hay cuatro aliados del descenso de la pobreza, expuso Bárcena. Definitivamente, uno es el crecimiento económico; en segundo lugar, las mejoras distributivas. En América Latina se dieron sólo entre 2002 y 2008. México hizo progresos muy importantes hasta 2006, “la verdad es que a partir de 2006 es cuando se deteriora un poco la situación en el caso mexicano, porque la crisis misma se empieza a sentir a partir de 2007”.



En tercer lugar citó la fuerte expansión del gasto social; en el caso mexicano, y en toda la región, el gasto social se empieza a incrementar a partir de los 90 y se consolida entre 2002 y 2008, al grado de que aumenta en forma muy importante. En el caso de México, el gasto público social pasa de 390 dólares per cápita en 1990 a 810 dólares actuales, que está en el promedio de la región. En cuarto lugar, México, y la región en conjunto, tienen una estructura demográfica que abre la posibilidad de que durante varias décadas todavía haya un número menor de personas dependientes respecto de aquellas que están económicamente activas.



“La Cepal recomienda que los países no bajen la guardia en relación con el gasto público social; que siga el esfuerzo de mantener las transferencias públicas que no entran en la lógica del mercado para mejorar el ingreso de los sectores más pobres”, apuntó. “La variable de ajuste no pueden ser los pobres”.



–Usted mencionó que a diferencia de otras crisis, el ajuste no se hizo en reducir gasto en programas sociales, y ahora menciona que no se debe hacer a costa de los pobres. En el caso de México, el Congreso votó una reducción del programa Oportunidades. ¿Qué consecuencias ve por este tipo de medidas?



–Tendría que entender cuál es la lógica de la discusión. Hay quienes piensan que los programas pueden ser muy asistencialistas y que no hay una estrategia de salida, digamos. Pero para nosotros los programas de transferencias condicionadas son los que mayor progresividad han mostrado en relación con el combate a la pobreza. Por lo menos en épocas de crisis, sentimos que es muy importante no bajar la guardia.

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