B) - Con el primer dirigente partidista que se sienta Jesús Ortega, es con César Nava. Como si sus obligaciones con el calderonismo lo obligaran a machacar la dirigencia que le debe a Los Pinos yendo a reunirse con la derecha antes que con los otros partidos socialdemócratas. Este miércoles lo hará con Beatriz Paredes. No hubo ningún acuerdo entre Nava y Ortega, pero la foto ahí está del talamantismo de Nueva Izquierda. La desesperación de Ortega buscando legitimidad donde no la puede obtener y menos con el PAN; rebota en su permanencia en el CEN cuando entregó malas cuentas a la militancia, el perredismo tuvo involución en los pasados comicios y por pobra de una dirigencia ligada al calderonismo, el mismo desastre que sufrió el PAN acabó arrastrando al PRD por la simbiosis entre NI y Los Pinos. Habló Ortega ante un partido que repuso su error, él representa el fracaso. Y seguirá así luego de verse con Beatriz Paredes, porque la tlaxcalteca encabeza un triunfo aplastante, hasta para el mismo Nava producto de un default presidencial.
C) - Fernández Noroña se llevó la atención en el arranque de labores parlamentarios, lo hizo bajo la bandera petista para alivio de los perredistas que están padeciendo esas posturas violentas; se alejó más en su tercer lugar de preferencias electorales. Una vez que el grupo afín a Andrés Manuel se ha apoderado de la bancada petista, los desplantes de Muñoz Ledo y de Noroña, facilitan a la diputación perredista las facciones reconstruidas de una izquierda progresiva. Tal hecho generó confianza hasta en sus entrañas; el documento que Agustín Guerrero presentó a Encinas y a la bancada, fue en aras de elevar la confianza de los electores a través del trabajo parlamentario positivo. Un buen ejercicio legislativo apegado a las formas democráticas, equivaldrá a tener otra imagen, mientras los graves exudados perredistas se encargan de elevar la belicosidad en el petismo. Después de que Andrés Manuel se llevó votos perredistas a este partido ex propiedad de Raúl Salinas, el malestar es evidente entre los negriamarillos como lo sentenciaron en su primer plenaria creando un código de ética legislativa para normar el buen comportamiento de los integrantes de la bancada. Encinas como la gran mayoría de los diputados perredistas, formaron parte del plantón de Avenida Reforma y que bajo las nuevas luces coyunturales, lo están ensombreciendo apartándose de posturas extremistas y violentas que solamente han dañado la credibilidad de la izquierda, como acaba de escenificar Noroña.
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