REINA LA MISOGÍNIA EN LORENZO LAVARIEGA EDIL DE HUATULCO.
Acusa a Luis Enrique Hernández, jefe de Recursos Humanos de realizar un complot en su contra.
Una de cal, por las que van de arena en la actual administración.
Santa María Huatulco, Oaxaca. 10 de marzo del 2011. Reina la misogínia en la administración municipal de Lorenzo Lavariega Arista, quien recientemente giro ordenes, mediante el oficio LEHH/0078/2011, al jefe de Recursos Humanos, que representa el machista, Luis Enrique Hernández, para prohibir usar escotes, minifaldas, labiales y toda vestimenta provocadora.
De acuerdo a la Real Academia Española, la misogínia se define como la “aversión u odio a las mujeres”, El comportamiento de los misóginos (hombres necios que acusan a la mujer sin razón) tiene su origen en añejas prácticas culturales en las que agresión física y verbal son empleadas por los varones para conservar privilegios y liderazgo ante su contraparte femenina.
La misoginia -término definido como odio hacia las mujeres- ha ocasionado que, a causa del poder de los varones, ellas estén expuestas a violencia física, abuso sexual, degradación, trato injusto y humillante, así como discriminación legal y económica, situación que se alimenta con la creencia de la supuesta inferioridad femenina y supervaloración del dominio masculino.
"Al misógino lo describo como sujeto que siente aversión (rechazo) hacia las mujeres, pero al mismo tiempo se aprovecha de ellas para obtener algún beneficio, generalmente de tipo material. Asimismo, puede tener discurso amable y aparentar ser buen hombre, mostrarse racional y comprensivo hasta que, tarde o temprano, termina proyectando actitudes de descalificación y minimización hacia lo femenino", explica en entrevista el psicólogo Francisco Cervantes Islas, codirector del Colectivo de Hombres por las Relaciones Igualitarias (Coriac), cuya sede se ubica en la Ciudad de México, para mayor información consultar www.saludymedicinas.com.mx.
Machismo, misoginia y homofobia son sexismo.
El machismo nace de la convicción de que las mujeres son inferiores y están obligadas a ser como quieren los hombres, y a prestarles a ellos servidumbre doméstica y sexual. Funciona con mecanismos como la marginación, la cosificación, el hostigamiento y el maltrato, frecuentemente con el disfraz de la benevolencia y hasta del afecto.
Para el paternalismo, las mujeres son incapaces de racionalidad, dependientes, débiles y sumisas por naturaleza, y por ello están obligadas a ser delicadas, abnegadas y necesitadas de protección y alabanza (Melchor Ocampo hizo de estos prejuicios, funciones laicas de Estado, paralelas a las de la Iglesia).
La misoginia es conjugación de temor y odio a las mujeres, traducida en diversas formas, sutiles o brutales, de inferiorización, ridiculización, exclusión y violencia. Este poderío patriarcal también lo ejercen algunas mujeres sumisas. Se funda en la certeza de que sólo los hombres podemos ser plenos y normales, mientras que ellas son incompletas, extrañas, anormales, diferentes y por lo tanto inferiores y peligrosas (de Pitágoras y Aristóteles hasta los padres de la Iglesia, Freud y los lacanianos, la “ciencia” contribuye a la creencia de que esto es “natural e instintivo”).
El misógino que nos domina por dentro (de modo elaborado o, por ejemplo, con humor negro), considera ciertos todos los defectos que desde el púlpito, la escuela y la tv se le adjudican a las mujeres, y les reprocha que ninguna posea todas las virtudes que la Iglesia, el Estado y la tradición establecen que son de ellas por determinación divina o genómica.
La homofobia es la aversión a quienes no se apegan al mandato heterosexual impuesto por el dominio patriarcal, a veces con saña que llega a ser tan sanguinaria como la violencia contra las mujeres.
La homofobia (triunfadora en la Asamblea Legislativa al congelarse por escapismo la Ley de Sociedades de Convivencia), condena a quienes eligen un erotismo contrario a la especialización heterosexual que mitifica como única válida y normal a la sexualidad reproductiva.
La dimensión de la actitud aberrante de la administración de Lorenzo Lavariega y el Jefe de Recursos Humanos, Luis Enrique Hernández.
De acuerdo con información que circula en medios internacionales, nacionales, estatales y locales, la actitud del alcalde de Huatulco al prohibir todo tipo de vestimenta que provoque la depravación, la insinuación o la demostración de las dotes femeninas de las colaboradoras ha causado severas molestias en las mujeres congresistas.
El tema llegó a la Cámara de Diputados, en la sesión del Pleno, la diputada Margarita Liborio (PRI-Oaxaca) denunció a Lorenzo Lavariega por tomar decisiones machistas contra las mujeres que laboran en la actual administración.
Margarita Liborio, exigió a la Cámara de Diputados dirigir un extrañamiento al alcalde que agrede a las empleadas municipales. Por su parte la diputada Enoé Uranga demandó que se hiciera el extrañamiento al alcalde de Huatulco, y dijo que se debe rechazar de modo tajante la actitud del edil misógino.
Cínicamente, en entrevista radiofónica con Salvador Camarena, el edil huatulqueño aseguró que no se ha comentado dicho tema y que nunca se ha pensado ingresarlo en sesión de Cabildo. Acusó de orquestar un complot en su contra por parte del jefe de recursos humanos. Obviamente a estas alturas ya no lo mencionaran ni de chiste en la sesión de cabildo, dado que, la opinión pública internacional se ha manifestado mediante mensajes de repudio al celular del edil, en redes sociales, como facebook, twitter, hi5, entre otras redes sociales y ONG´s nacionales.
Organismos internacionales como la Organiazacion de las Naciones Unidas, Derechos Humanos y nuestra carta magna contempla los derechos de las mujeres. Es muy diferente que nuestras autoridades son incompetentes o no conocen en lo mínimo nuestras leyes.
Los medios de comunicaciones locales y nacionales le han dado seguimiento al tema con seriedad y claridad, para defender los derechos de las mujeres, plasmados en la constitución. El llamado es para Lorenzo Lavariega y Luis Enrique Hernández, quienes tomaron la iniciativa de dicha propuesta, para exigirles una disculpa pública ha toda las mujeres.
Apunte:
“Lo que el Presidente Lorenzo Lavariega quiso decir, es que las colaboradoras no lleven su maquillaje al lugar de trabajo, sin embargo el jefe de recursos humanos, mal interpreto la indicación”. Recordando la era Fox.
Acusa a Luis Enrique Hernández, jefe de Recursos Humanos de realizar un complot en su contra.
Una de cal, por las que van de arena en la actual administración.
Santa María Huatulco, Oaxaca. 10 de marzo del 2011. Reina la misogínia en la administración municipal de Lorenzo Lavariega Arista, quien recientemente giro ordenes, mediante el oficio LEHH/0078/2011, al jefe de Recursos Humanos, que representa el machista, Luis Enrique Hernández, para prohibir usar escotes, minifaldas, labiales y toda vestimenta provocadora.
De acuerdo a la Real Academia Española, la misogínia se define como la “aversión u odio a las mujeres”, El comportamiento de los misóginos (hombres necios que acusan a la mujer sin razón) tiene su origen en añejas prácticas culturales en las que agresión física y verbal son empleadas por los varones para conservar privilegios y liderazgo ante su contraparte femenina.
La misoginia -término definido como odio hacia las mujeres- ha ocasionado que, a causa del poder de los varones, ellas estén expuestas a violencia física, abuso sexual, degradación, trato injusto y humillante, así como discriminación legal y económica, situación que se alimenta con la creencia de la supuesta inferioridad femenina y supervaloración del dominio masculino.
"Al misógino lo describo como sujeto que siente aversión (rechazo) hacia las mujeres, pero al mismo tiempo se aprovecha de ellas para obtener algún beneficio, generalmente de tipo material. Asimismo, puede tener discurso amable y aparentar ser buen hombre, mostrarse racional y comprensivo hasta que, tarde o temprano, termina proyectando actitudes de descalificación y minimización hacia lo femenino", explica en entrevista el psicólogo Francisco Cervantes Islas, codirector del Colectivo de Hombres por las Relaciones Igualitarias (Coriac), cuya sede se ubica en la Ciudad de México, para mayor información consultar www.saludymedicinas.com.mx.
Machismo, misoginia y homofobia son sexismo.
El machismo nace de la convicción de que las mujeres son inferiores y están obligadas a ser como quieren los hombres, y a prestarles a ellos servidumbre doméstica y sexual. Funciona con mecanismos como la marginación, la cosificación, el hostigamiento y el maltrato, frecuentemente con el disfraz de la benevolencia y hasta del afecto.
Para el paternalismo, las mujeres son incapaces de racionalidad, dependientes, débiles y sumisas por naturaleza, y por ello están obligadas a ser delicadas, abnegadas y necesitadas de protección y alabanza (Melchor Ocampo hizo de estos prejuicios, funciones laicas de Estado, paralelas a las de la Iglesia).
La misoginia es conjugación de temor y odio a las mujeres, traducida en diversas formas, sutiles o brutales, de inferiorización, ridiculización, exclusión y violencia. Este poderío patriarcal también lo ejercen algunas mujeres sumisas. Se funda en la certeza de que sólo los hombres podemos ser plenos y normales, mientras que ellas son incompletas, extrañas, anormales, diferentes y por lo tanto inferiores y peligrosas (de Pitágoras y Aristóteles hasta los padres de la Iglesia, Freud y los lacanianos, la “ciencia” contribuye a la creencia de que esto es “natural e instintivo”).
El misógino que nos domina por dentro (de modo elaborado o, por ejemplo, con humor negro), considera ciertos todos los defectos que desde el púlpito, la escuela y la tv se le adjudican a las mujeres, y les reprocha que ninguna posea todas las virtudes que la Iglesia, el Estado y la tradición establecen que son de ellas por determinación divina o genómica.
La homofobia es la aversión a quienes no se apegan al mandato heterosexual impuesto por el dominio patriarcal, a veces con saña que llega a ser tan sanguinaria como la violencia contra las mujeres.
La homofobia (triunfadora en la Asamblea Legislativa al congelarse por escapismo la Ley de Sociedades de Convivencia), condena a quienes eligen un erotismo contrario a la especialización heterosexual que mitifica como única válida y normal a la sexualidad reproductiva.
La dimensión de la actitud aberrante de la administración de Lorenzo Lavariega y el Jefe de Recursos Humanos, Luis Enrique Hernández.
De acuerdo con información que circula en medios internacionales, nacionales, estatales y locales, la actitud del alcalde de Huatulco al prohibir todo tipo de vestimenta que provoque la depravación, la insinuación o la demostración de las dotes femeninas de las colaboradoras ha causado severas molestias en las mujeres congresistas.
El tema llegó a la Cámara de Diputados, en la sesión del Pleno, la diputada Margarita Liborio (PRI-Oaxaca) denunció a Lorenzo Lavariega por tomar decisiones machistas contra las mujeres que laboran en la actual administración.
Margarita Liborio, exigió a la Cámara de Diputados dirigir un extrañamiento al alcalde que agrede a las empleadas municipales. Por su parte la diputada Enoé Uranga demandó que se hiciera el extrañamiento al alcalde de Huatulco, y dijo que se debe rechazar de modo tajante la actitud del edil misógino.
Cínicamente, en entrevista radiofónica con Salvador Camarena, el edil huatulqueño aseguró que no se ha comentado dicho tema y que nunca se ha pensado ingresarlo en sesión de Cabildo. Acusó de orquestar un complot en su contra por parte del jefe de recursos humanos. Obviamente a estas alturas ya no lo mencionaran ni de chiste en la sesión de cabildo, dado que, la opinión pública internacional se ha manifestado mediante mensajes de repudio al celular del edil, en redes sociales, como facebook, twitter, hi5, entre otras redes sociales y ONG´s nacionales.
Organismos internacionales como la Organiazacion de las Naciones Unidas, Derechos Humanos y nuestra carta magna contempla los derechos de las mujeres. Es muy diferente que nuestras autoridades son incompetentes o no conocen en lo mínimo nuestras leyes.
Los medios de comunicaciones locales y nacionales le han dado seguimiento al tema con seriedad y claridad, para defender los derechos de las mujeres, plasmados en la constitución. El llamado es para Lorenzo Lavariega y Luis Enrique Hernández, quienes tomaron la iniciativa de dicha propuesta, para exigirles una disculpa pública ha toda las mujeres.
Apunte:
“Lo que el Presidente Lorenzo Lavariega quiso decir, es que las colaboradoras no lleven su maquillaje al lugar de trabajo, sin embargo el jefe de recursos humanos, mal interpreto la indicación”. Recordando la era Fox.
Sinceramente se me hace un verdadero escándalo, y creación de chisme nacional, vaya que en Huatulco eso de los chismes no es novedad, por eso la gente no cambia, y sinceramente como mujer se me hace muy buena idea que les traten de inculcar formalidad a las trabajadoras del municipio, que aprendan que van a trabajar no a la playa, el clima no es para nada un impedimento para que puedan vestir adecuadamente, que intenten ir a cualquier oficina gubernamental en el país y verán que las diferencias son enormes, el público que atienden también merece respeto, así que no se hagan las dignas que un buen formalismo laboral SI les hace falta.
ResponderEliminarPor toro lado, los que no conocían Huatulco, ahora ya lo conocen, los medios también debieron dar un tour por los lugares de trabajo de todos y observar porque es necesario un cambio de vestimenta.
La nota se me hace divertida el drama está presente y los conceptos utilizados son engrandecidos en un contexto de chisme, que mal por esta situación, el contexto no es el apropiado, y quien viva o haya vivido en Huatulco sabe de antemano que es la fábrica de rumores, cuentos, invenciones y chismes sociales.
Saludos Cordiales